Dice Dios, Exaltado sea, en su Noble Libro: “¡Vosotros, los que creéis! Dios os ha prescrito el ayuno, como lo prescribió a quienes estuvieron antes que vosotros. Quizá seáis piadosos” (Azora de La Vaca, 183).
Creyentes: el ayuno es una escuela de carácter, mediante la que el musulmán adquiere abundantes beneficios e inmensas sabidurías. Entre ellas están la purificación y la educación del alma, la eliminación de sus caracteres negativos y sus atributos censurables, como la soberbia, la avaricia, la mentira, el hablar de alguien a sus espaldas sobre cosas que le desagradan y la maledicencia. En el ayuno también se ejercitan los caracteres loables, como la paciencia, la generosidad, la sinceridad, y el amor por el bien para todos los seres humanos. Durante el ayuno el hombre se conoce verdaderamente a sí mismo, y su estado de necesidad, su debilidad y su pobreza existencial en relación con su Señor. También reconoce los dones que Dios le ha concedido; gracias a su ayuno recuerda las necesidades de sus hermanos pobres, agradece a Dios y consuela a sus hermanos necesitados y débiles. Gracias a todo esto, alcanza el rango de la piedad (taqwa),para la cual Dios impuso el ayuno. Transmite Ŷâbir (que Dios esté satisfecho de él) del Enviado de Dios (sobre él la Bendición y la Paz): “Aquel a quien más amo y cuya morada estará más cerca de mí el Día de la Resurrección, es aquel que posea más bellos caracteres”. Lo recoge alTirmidhî. El Enviado de Dios (sobre él la Bendición y la Paz) ha ordenado a los ayunantes que se adornen con los mejores y más bellos caracteres, en especial con la paciencia. También les ha ordenado alejarse de todos aquellos comportamientos incompatibles con el acto de culto que es el ayuno, y con su cortesía espiritual, para que su ayuno sea completo, y aceptado por Dios. Dijo también: “Si uno de vosotros está ayunando, que se abstenga de decir obscenidades y de alborotar. Y alguien le insulta o le ataca, que diga: ‘Estoy ayunando’ ”. Lo transmite Abu Hurayra.
El ayuno no es, como piensan algunos, únicamente abstenerse de comer y beber, para después dar rienda suelta a la lengua en los momentos de discusión, sin reglas ni límites. Una actitud así reduce la recompensa del ayuno y lo convierte en algo de escasa utilidad. No se han cumplido del todo los objetivos del ayuno, sus secretos, y su sabiduría, por la cual fue el ayuno impuesto a los hombres. Dijo el Profeta (sobre él la Bendición y la Paz): “Quien no abandona las palabras y los actos falsos, Dios no tiene necesidad de que deje de comer y de beber”. Lo transmite Abu Hurayra. Dijo Ŷâbir: “Si ayunas, que ayune tu oído, tu mirada y tu lengua de la mentira y las cosas prohibidas, no dañes a tu vecino, sé dulce y permanece sereno, y que no sea tu día de ayuno y tu día de ruptura del ayuno la misma cosa”.